En esta semana celebramos el Día de las Madres  y es una buena oportunidad para reflexionar en el significado profundo de ser mamá. Si bien identifica tradicionalmente un rol –el ser madre—, su relevancia lo trasciende y se constituye como un mantra de amor compasivo.

Recordemos que mantra es un sonido, una o varias sílabas o referencias sagradas que nos permiten contactar con una fuerza trascendente. Así como la fuerza en el mantra es la intención con la cual se recita, también la fuerza del ser mamá está en función de la intención de alimentar, cuidar y sostener a un ser que, al menos por unos meses, le recuerda que en realidad no estamos separados unos de otros.

Cuando el niño(a) dice por primera vez ‘Mamá’, lo hace no como una referencia racional sino espiritual. ‘Mamá’ es el ser que lo cuidó durante meses en su vientre. ‘Mamá’ es quien pacientemente acompañó los momentos de llanto al verse en un entorno nuevo y doloroso. ‘Mamá’ es quien celebró cada mirada, sonrisa y sonido por el simple hecho de ver a la Vida desplegándose a través de ella en su bebé. A lo largo de nuestras vidas el mantra ‘Mamá’ nos lleva, al menos por un instante, a ese espacio sin miedo, sin necesidad, sin preocupaciones.

Es ese espacio vacío de sufrimiento que nos llena de dicha, confianza, fe y amor. Al ir creciendo como seres humanos, el poder de ‘Mamá’ se expande al ser confidente, guía y apoyo en cada etapa y situación. Es cómplice y porrista en los éxitos y terapeuta y consejera en las crisis. El poder detrás del mantra sagrado ‘Mamá’ es algo que se cuida, se nutre y se refuerza en cada momento.

Quien no se encarga de cuidar este mantra sagrado, corre el peligro de desacralizarlo al quedarse en un mero membrete, e incluso como medio de chantaje y proyectando frustraciones personales hacia quienes llevó en su vientre. ‘Mamá’ por lo tanto es un mantra sagrado que nos acompaña en el eterno ahora para dar cobijo, sustento y amor.

Felicidades a todas las Mamás amorosas porque a través de ustedes se sacraliza el mundo y el Espíritu trascendente del Amor se expande en todas direcciones.

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