Si alguien, ajeno a la raza humana pero en estrecha relación con nosotros, pudiera expresar su opinión con respecto a la manera como el hombre piensa, actúa y se relaciona ¿qué nos diría? Si nuestro perro pudiese hablar y hasta escribir ¿qué mensaje nos transmitiría?
¿Cómo aparecerían nuestros actos, nuestras costumbres, nuestra manera de ver el mundo? ¿Estaría de acuerdo en considerar al ser humano como rey de la creación, el amo y el señor de los animales, el dueño del planeta?
Mundo, un perro Alaskan de cinco años escribe en un diario sus apreciaciones con respecto al ser humano y le transmite –sin proponérselo– un mensaje de amor, de integración, de fraternal denuncia y de reflexión acerca de tantas cosas que ocupan la mente del hombre: el trabajo, el nacimiento, el renacimiento, la muerte…
Perrario -diario de un perro- se convierte por sí mismo en un espejo en donde podemos vernos reflejados por la inocencia de un animal y la magia de la escritura.